¿Qué está diciendo nuestro gato cuando maúlla?
Los maullidos de los gatos son otra de las maneras que tienen los mininos para comunicarse con los humanos y con otros animales. Conoce su significado en función de la duración, entonación e intensidad del maullido.
El gato ha desarrollado distintos sistemas de comunicación, especialmente entre los de su especie. En el caso de los gatos domésticos, estos sistemas también han permitido que el gato conecte con los humanos, y sea capaz de establecer “conversaciones”.
Uno de los principales métodos de comunicación del gato son las vocalizaciones, los sonidos que emite. El más común de ellos es el maullido.
El maullido es el sistema que las gatas utilizan para comunicarse con
sus bebés gatitos, que saben diferenciar el maullido de su madre desde
muy pequeños.
Según los expertos, un solo gato puede llegar a emitir más de 60 maullidos diferentes con distintos significados. Esta variedad de sonidos, y otros métodos de comunicación del gato como el lenguaje corporal, pueden llegar a construir verdaderos mensajes.
Entender estos mensajes de comunicación del gato nos puede ayudar a
recibir mucha información del minino sobre su estado de ánimo, sus
necesidades y su relación con otros seres.
Tipos de maullido de los gatos
Pero existen algunas pistas para descifrar de qué tipo es cada maullido, como por ejemplo:
- Los maullidos más fuertes suelen ir dirigidos a otros gatos, y más suaves cuando los destinatarios somos nosotros
- Los maullidos cortos y suavecitos dirigidos a los humanos suelen significar que el gato está pidiendo algo, como por ejemplo comida, que le abras la puerta, etc.
- Los maullidos suaves suelen estar vinculados a un saludo
- Los maullidos constantes, prolongados y un poco entrecortados de las gatas hembra no esterilizadas suelen ser maullidos de celo
Es importante resaltar que cada gato es un mundo y hay gatos que casi nunca maúllan, como otros que tienen fama de parlanchines (como los siameses).Junto al maullido, además, existen otros sonidos como el gorgoteo cuando saludan, el gruñido cuando están enfadados o el ronroneo característico.
Habla con tu gato
Los que vivimos con gatos y les hablamos a veces tenemos la sensación
de estar un poco locos, pero en realidad es posible llegar a establecer
una especie de conversación con el minino.
Tú puedes entender sus peticiones si prestas atención a sus maullidos
y a su lenguaje corporal, y el gato puede llegar a captar nuestro
estado de ánimo según nuestro tono, volumen e intensidad de la voz.
¿Por qué se dice que los gatos siempre caen de pie?
Uno de los mitos más comunes es que el gato siempre cae sobre sus patas. El gato es un animal muy ágil y en la mayoría de los casos cae de pie, pero no siempre lo hace. ¡Descubre los motivos!
Existe una idea popular que dice que el gato siempre cae de pie.
Si bien en la mayor parte de los casos se dan las circunstancias para
que el gato pueda girar sobre si mismo y caer sobre sus patitas, el
minino no siempre logra caer de pie.
¿Cuándo y por qué el gato puede caer de pie?
Para entender la agilidad del felino hay que tener en cuenta que su cuerpo le permite ciertos movimientos impensables para las personas.
Para
empezar, el gato tiene 30 vértebras (5 más que los humanos) y no tienen
clavícula. Los huesos de la columna vertebral del minino tienen más
movilidad que la de muchos animales, por lo que los gatos se doblan y
giran sus cuerpos fácilmente.
A este movimiento giratorio sobre el mismo ángulo se le llama reflejo de enderezamiento. El gato empieza a tener el reflejo a las 3-4 semanas de edad y se perfecciona hacia las 7 semanas.
Al final del giro, el gato se relaja y las patas reciben el impacto. Pero si no tiene tiempo a darse la vuelta, o la altura es muy alta, esto no es suficiente y puede hacerse bastante daño.
En conclusión, si el gato es joven y está ágil, y cae a poca distancia, muy probablemente le dé tiempo a darse la vuelta y caer sobre sus patas. En caídas a muy poca distancia, puede no tener tiempo de darse la vuelta, pero no suele hacerse daño. En caídas de larga distancia, el gato puede llegar a hacerse graves lesiones.
Así que evita cualquier obstáculo para tu gato, protegiendo ventanas, terrazas, balcones y espacios altos desde los que podría caer.
Vacunas de los gatos: cada cuánto vacunar a tu gato y de qué vacunarlo
El proceso de vacunación de los gatos debe empezar cuando dejan de recibir leche materna. Cuando el gato es adulto, se deben reforzar algunas vacunas cada cierto tiempo (aproximadamente 3 años). Conoce qué vacunas son relevantes y cada cuánto hay que vacunar a tu gato.
Siempre debes consultar al veterinario
Antes de hablar de qué vacunas debe llevar tu gato, debemos tener claro que quién llevará el control es su veterinario.
De todos modos, es importante que conozcamos qué es imprescindible y
qué no para detectar cuando nuestro veterinario nos está diciendo la
verdad, o cuando en realidad solo quiere beneficiarse económicamente.
Antes de empezar el proceso de vacunación, el veterinario realizará una serie de pruebas y auscultará al gato. Depende de dónde proceda el gato y de cómo vea su salud, es posible que deba realizar pruebas como el test de inmunodeficiencia felina y el de la leucemia, para descartar estas enfermedades graves.
Otro proceso habitual previo a las vacunas es la desparasitación externa e interna del gato.
Con el diagnóstico correcto del gato, y teniendo en cuenta muchos
factores como la procedencia y el estilo de vida que va a tener, se
determina su calendario de vacunación.
Calendario de vacunación más común
- A partir del destete (edad aproximada: 2-3 meses): trivalente felina
- 3 o 4 semanas después de la primera vacuna (edad aproximada: 4 meses): refuerzo de la trivalente felina
- No siempre obligatoria, antes del año: rabia y leucemia (dos dosis con intervalos)
- Al cumplir 1 año: refuerzo de la trivalente felina y, si procede, refuerzo de leucemia y rabia
- Aproximadamente cada 3 años (gato adulto): refuerzo de las vacunas recibidas
Es importante resaltar que no todas las vacunas son imprescindibles, y que el diagnóstico de un buen veterinario determinará cuáles debe recibir tu gato.Existen otras vacunas que se están poniendo “de moda”, como la vacuna contra la PIF que, bajo nuestra experiencia personal, desaconsejamos que sea inyectada.A continuación os detallamos cada una de las vacunas mencionadas.
Las primeras vacunas de los gatitos
Vacunar
a los gatitos cuando están recibiendo leche materna está desaconsejado,
porque dicha leche disminuye el efecto de la vacuna hasta incluso
eliminarlo por completo.
Tras el destete, la primera vacuna que se aplica a los gatos es la denominada trivalente felina (contra la panleucopenia felina, la calicivirosis felina y la rinotraqueitis vírica felina).
Pasadas unas 3 o 4 semanas se vuelve a vacunar al gato de la trivalente felina, como refuerzo.
Estas vacunas iniciales son siempre obligatorias, aunque el gato no
vaya estar en contacto con otros gatos o no vaya a salir nunca al
exterior.
Vacunas contra la rabia y la leucemia
En función de si el veterinario detecta un alto riesgo de estas enfermedades, te aconsejará vacunarlo con dos dosis con intervalos contra la rabia, o bien contra la grave enfermedad de leucemia.
En algunas comunidades autónomas españolas, la vacuna contra la rabia es obligatoria en los gatos.
Es importante que tu veterinario sea de confianza y que te cuente el
motivo real por el que te aconseja vacunarlo sobre estas enfermedades.
Si realmente existe un riesgo tangible, es correcta la vacunación. Pero
no lo hagas solo por miedo, sin razón alguna.
Vacunas del gato adulto
Si bien muchos veterinarios aconsejan repetir la revacunación cada
año, varios estudios recientes demuestran que en la mayoría de los casos
el efecto de la vacuna dura unos 3 años.
La práctica de la vacunación cada 3 años se está extendiendo en
Estados Unidos y otros países, mientras que en España aún hay una
tendencia fuerte a la revacunación anual.
Asegúrate de que tu veterinario es serio y pídele información acerca del período de revacunación que te aconseje para tu gato adulto.En Cosas de Gatos no pretendemos desmentir las opiniones de los veterinarios, pero esperamos que con este artículo podáis reconocer cuando el diagnóstico del veterinario es determinante, o cuando se trata de la opinión de alguien poco profesional que mira solamente por sus intereses económicos.Destacar también que los gatos con enfermedades o con un estado de salud complicado posiblemente deben recibir otro tipo de vacunas o un calendario distinto.
Finalmente comentar que hay personas que no vacunan a sus gatos,
tratándoles con otros métodos alternativos. Cualquier opinión nos parece
válida siempre que se garantice el bienestar del gato, y que se esté
mirando en todo momento por su correcta salud.
¿El uso de collar es malo para los gatos?
Conoce los pros y contras de colocar
collares a los mininos y, si consideras que tu gato debe llevarlo, ten
en cuenta estos consejos para evitar que se haga daño.
Uno de los debates más comunes es si los collares causan daño a los gatos o, de lo contrario, son totalmente inofensivos para ellos.
En cualquier caso, lo primero que tenemos que valorar es si el gato necesita llevar collar por alguna razón de peso.
En caso de que sea puramente estético, descártalo. El gato no se siente más bonito por llevarlo y, para evitar correr un riesgo innecesario, no le pongas collar.
Hay dos cosas que son relevantes a la hora de elegir un collar para gato: de qué está hecho y cómo. La manera en que se lo coloquemos también será importante.
Asegúrate de que el collar sea de buena calidad, no le cause irritaciones ni pérdida de pelo, esté bien cosido, no tenga extremos afilados y permita que el gato pueda liberarse en caso de quedar atrapado.
Aunque inicialmente pudiéramos pensar que es mejor que el collar no se mueva, lo cierto es que hay muchos casos de gatos que intentan sacárselo y quedan atrapados. O peor aún, que se les engancha a algo y no son capaces de soltarse.
Los collares más elásticos, o mejor los que tienen mecanismos que con cierta fuerza se desmontan, son más seguros para los gatos. Es preferible que lo pierda o que se lo arranque, que no que se haga daño o se quede atrapado. Comprueba el cierre de seguridad del collar antes de colocárselo.
El collar debe quedar justo pero no apretado. Con que quepan un par de dedos está bien. De este modo se evita que el gato meta su patita y se quede enganchado.
Aún así, hay muchos gatos que rechazan llevar collares. Si es necesario que lo lleve, es mejor acostumbrarlos cuando son jovencitos (sin ser bebés) y vigilarlos en sus primeros días con collar.
No es recomendable hacerlo, porque al gato le suele molestar y porque hay más inconvenientes que ventajas.
La ventaja de usar una medalla es la identificación, pero entonces debemos escoger alguna que no sea ruidosa, molesta, muy grande y que no pueda quedarse enganchado con su pata o sus uñas. Observando al gato veremos si la acepta o no, y si es aparentemente inofensiva para él.
En el caso del uso de cascabel, una de las ventajas que se ha dicho a menudo es que así espantan a los pájaros al cazar. Si bien puede ser bueno evitar que cacen pájaros y los maten, se ha demostrado que el gato que lleva cascabel acaba aprendiendo técnicas de caza sigilosas para no ser descubierto.
Por el contrario, el cascabel suele ser molesto para el gato. No se ha comprobado científicamente que haya una relación directa entre cascabel y problemas auditivos. Pero no debemos olvidar que el gato tiene un oído muchísimo más sensible que el nuestro. ¿Habéis probado de hacer sonar un cascabel al lado de vuestra oreja? Es bastante molesto, imaginaros para el minino.
En conclusión, evitar el collar es la mejor opción. Pero en caso de no poder hacerlo, escoge un collar que sea lo menos perjudicial para tu gato.
Uno de los debates más comunes es si los collares causan daño a los gatos o, de lo contrario, son totalmente inofensivos para ellos.
En cualquier caso, lo primero que tenemos que valorar es si el gato necesita llevar collar por alguna razón de peso.
En caso de que sea puramente estético, descártalo. El gato no se siente más bonito por llevarlo y, para evitar correr un riesgo innecesario, no le pongas collar.
¿Cuándo puede ser necesario un collar?
Si bien pueden existir alternativas, hay razones que podrían justificar el uso de collar en el gato. Como por ejemplo:- Puertas gateras que se activan a través de un dispositivo instalado en el collar. Este tipo de puertas son una opción para las casas en las que el gato tiene acceso al exterior. En estos casos, la puerta gatera tiene un dispositivo magnético o electrónico que, en contacto con otro dispositivo situado en el collar del gato, hace que se abra la puerta. Si en vez de utilizar este tipo de entradas, se usa una puerta gatera convencional, se evita el uso de collar.
- Identificación visible. Especialmente para los gatos que salen al exterior o hay posibilidad de que se escapen. Si bien es más cómodo y más fácil identificarlo, porque se le diferencia como gato doméstico, lo óptimo es usar microchip. Cualquier veterinario puede identificar a un gato con este tipo de chips.
- Control de pulgas. Llevan insecticidas pero, al no repartirse por todo el manto del gato, no suelen ser muy efectivos y pueden causar alergias y pérdidas de pelo en la zona del collar. Lo mejor es utilizar otros métodos anti pulgas de aplicación en la piel, como las pipetas.
Cómo elegir un collar
Hay dos cosas que son relevantes a la hora de elegir un collar para gato: de qué está hecho y cómo. La manera en que se lo coloquemos también será importante.Asegúrate de que el collar sea de buena calidad, no le cause irritaciones ni pérdida de pelo, esté bien cosido, no tenga extremos afilados y permita que el gato pueda liberarse en caso de quedar atrapado.
Aunque inicialmente pudiéramos pensar que es mejor que el collar no se mueva, lo cierto es que hay muchos casos de gatos que intentan sacárselo y quedan atrapados. O peor aún, que se les engancha a algo y no son capaces de soltarse.
Los collares más elásticos, o mejor los que tienen mecanismos que con cierta fuerza se desmontan, son más seguros para los gatos. Es preferible que lo pierda o que se lo arranque, que no que se haga daño o se quede atrapado. Comprueba el cierre de seguridad del collar antes de colocárselo.
El collar debe quedar justo pero no apretado. Con que quepan un par de dedos está bien. De este modo se evita que el gato meta su patita y se quede enganchado.
Aún así, hay muchos gatos que rechazan llevar collares. Si es necesario que lo lleve, es mejor acostumbrarlos cuando son jovencitos (sin ser bebés) y vigilarlos en sus primeros días con collar.
Collares con cascabeles o adornos: un peligro innecesario
A la hora de escoger un collar, algunos optan por incorporarle cascabeles, medallas, etc.No es recomendable hacerlo, porque al gato le suele molestar y porque hay más inconvenientes que ventajas.
La ventaja de usar una medalla es la identificación, pero entonces debemos escoger alguna que no sea ruidosa, molesta, muy grande y que no pueda quedarse enganchado con su pata o sus uñas. Observando al gato veremos si la acepta o no, y si es aparentemente inofensiva para él.
En el caso del uso de cascabel, una de las ventajas que se ha dicho a menudo es que así espantan a los pájaros al cazar. Si bien puede ser bueno evitar que cacen pájaros y los maten, se ha demostrado que el gato que lleva cascabel acaba aprendiendo técnicas de caza sigilosas para no ser descubierto.
Por el contrario, el cascabel suele ser molesto para el gato. No se ha comprobado científicamente que haya una relación directa entre cascabel y problemas auditivos. Pero no debemos olvidar que el gato tiene un oído muchísimo más sensible que el nuestro. ¿Habéis probado de hacer sonar un cascabel al lado de vuestra oreja? Es bastante molesto, imaginaros para el minino.
En conclusión, evitar el collar es la mejor opción. Pero en caso de no poder hacerlo, escoge un collar que sea lo menos perjudicial para tu gato.
Resfriados en gatos: síntomas y remedios
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Los virus pueden afectarles también al sistema respiratorio. |
Bajan las temperaturas y suben los resfriados, también para nuestros
gatos. Descubre qué precauciones tomar y cómo ayudar a tu gato si sufre
un constipado.
A todos los mamíferos nos gusta estar calentitos. Si a los humanos
nos encanta dormir con arropados y acurrucados, ¡¡a los gatos mucho
más!!
Posiblemente os habréis dado cuenta de que vuestros gatos están más perezosos de lo habitual, se ponen encima del portátil o se enredan entre las sábanas…y es que el otoño ha llegado y ellos lo notan, ya que son los animales más sensibles a los cambios de temperatura.
Una imagen típica es ver nuestro gato dormitando sobre el radiador, y es que los gatos soportan el contacto con superficies de temperaturas de hasta 50º.
Por eso los radiadores suelen ser un lugar perfecto en el que echarse una siesta.
Debido a ello, es aconsejable estar pendientes y así evitar posibles accidentes.
Sería conveniente no dejar calefactores o estufas encendidas si no
estamos en casa. Así, cuando fisgoneen e introduzcan sus patas o
bigotes, impediremos que puedan quemarse.
¿Cómo afecta el frío en los gatos?
No a todos los gatos les afectan por igual las bajas temperaturas, por eso hay que tener especial cuidado en:
- Gatos con poco pelo: Felinos como el siamés o el esfinge necesitan más abrigo que los gatos que tienen con un abrigo de pelo natural.
- Gatitos: Los gatos jóvenes o bebés tienen un sistema inmune poco desarrollado.
- Gatos mayores: Las defensas de los gatos de más de 7 años no actúan al 100% y pueden empeorar su capacidad para aguantar el frío.
- Gatos enfermos: Cuando tienen una enfermedad sus defensas son muy bajas y son más susceptibles de coger resfriados. Además, las enfermedades articulares y del aparato locomotor (como artrosis y artritis) empeoran con la llegada del frío.
Precauciones a tener en cuenta
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Los gatos buscan el calor de los radiadores | Foto: Google Images |
En todos los casos es imprescindible darles una buena alimentación.
Además, unas mantas o una cuna cerrada les ayudará a estar más
protegidos del frío.
Si es un gato aventurero que incluso con bajas temperaturas da paseos
al aire libre, también es ideal darle comida balanceada. Ésta contiene
vitaminas y minerales necesarios para fortalecer las defensas de nuestro
pequeño.
No obstante, los gatos caseros en general deben seguir una misma
alimentación durante todo el año, porque con suplementos específicos tal
vez podrían engordar más de lo conveniente.
Además, hay que tener en cuenta que en esta época mudarán su pelo. Este cambio natural les ayudará a prepararse mejor para el frío, pero también provocará una mayor acumulación de pelo muerto. Además de cepillarles más a menudo para que no se generen bolas en su estómago, no olvidéis darle malta para favorecer la expulsión.
¿Y si el gato se ha resfriado?
Es cierto que nuestros pequeños no se constipan como nosotros,
pero los virus pueden afectarles también al sistema respiratorio. Los
síntomas son muy parecidos a los que podemos padecer los humanos:
- Irritación
- Inflamación
- Ojos llorosos
- Mucosidad
- Tos
- Estornudos
- Inactividad
En este caso, lo mejor es llevar al gato al veterinario para que le
dé el tratamiento adecuado y así pueda recuperarse cuanto antes.
Nosotros ya hemos desempolvado del armario las mantitas de la siesta y
las hemos dejado en el sofá. Nuestros dos pequeños están encantados. Se
pasan las tardes enroscados en ella y no dejan de ronronear. ¡Hacer lo
mismo y seguro que vuestros gatos os lo agradecen de la misma forma!